Sentimos comunicaros que nuestro compañero jubilado Marino Antón falleció este sábado. Desde aquí mandamos un gran y afectuoso abrazo a amigos y familia.

Ana Lerín, compañera nuestra y miembro también del coro, le ha dedicado estas hermosas y sentidas palabras.

El coro está de luto. Ha perdido su armonía al fallecer uno de sus elementos fundamentales. Ese empujón brutal que lo ha derribado ha sido un impacto lleno de dolor y confusión para todos los que lo conocimos. El Ítaca está de luto.
Marino, el marino turolense que surcaba las olas entre risas y ese humor socarrón y “somarda'', que dirigía su barco con honestidad y fuerza y que guiaba un velero repleto de cariño y bonhomía, ha partido en la nave que nunca ha de volver.
Venció a las sirenas con su propia música y su arte. Creó nuevos sonidos y silencios. Y llegó a Ítaca tal como vivió, de forma respetuosa y discreta. Ojalá el camino hubiera sido más largo para compartir con él alguna más de sus aventuras y experiencias, para que nos enseñara a no tener miedo a los lestrigones ni a los cíclopes y para que, como en el viaje que el coro hizo este verano para conmemorar sus 15 años, hubiera llegado a muchos más puertos fantásticos.
Por fin, Marino marinero, has llegado a un nuevo Ítaca, enriquecido de cuanto ganaste en el camino y enriqueciendo a los que encontraste en tu camino. Has llegado como tú has sido, como tu nombre, como el hijo de la mar.
Por suerte, lo que tú fuiste será nuestro para siempre. Gracias

Ana M. Lerín